1 de febrero de 2016

El invierno en el estudio

La vida en el estudio no es tan bonita como estar en un piso con calefacción. Al menos no en el nuestro. Tras casi 12 años en ese emplazamiento (mas 7 en el anterior) una reforma estructural para poner algún tipo de acondicionamiento para el invierno es complicado.

Las instalaciones están bien, tenemos conductos en el techo para el aire acondicionado, el suelo es muy resistente (picarlo sería un destrozo) y está todo lo impecable que se le puede pedir. Pero en invierno pasamos frio. Sobrellevamos estos meses a base de calefactores que al estar casi 10 horas diarias acaban quemando sus resistencias.


Suelo calefactable, radiadores eléctricos, instalación de gas... Es impensable. ¿Y porqué no ponemos la bomba de calor del aire acondicionado? Nuestros techos tiene una altura de 3 metros y, todo principio de la termodinámica dice que una masa caliente tiende a subir y una fría a bajar (espero que se haya entendido).


El problema llega cuando pasa un día tras otro y tu fuente de calor (y la de tus clientes) es aire seco que sale de un aparatito durante 7 horas. Las cabinas son espacios rápidos de acondicionar pero ello provoca una sequedad de ojos intensa. ¿Solución? Poner a su vez un humidificador para aumentar la humedad del ambiente.


Al final os podéis hacer una idea de las cuantías de nuestras facturas en esta estación del año... Tal vez nos rente más plantearnos una reforma...



Buen día!

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