8 de octubre de 2018

Tatuar en estudio profesional

Cuando estás arrancando en esta profesión, encontrar un espacio en el que poder empezar a desarrollar tu técnica teniendo en cuenta el margen de error de un aprendiz, es una odisea.

Como no tienes experiencia, no te dan la oportunidad y como no te dan la oportunidad, no coges experiencia. Así que al final lo que se estila es buscarse la vida, en ocasiones de la peor manera para preservar la higiene, la facilidad de maniobra para ambos (tatuador y cliente) y la comodidad.

Por supuesto también hay que pensar en la inversión inicial en material, pero sobretodo en conocimientos. Si no tienes la suerte de aprender de alguien que se dedique a ello y tenga facilidad como mentor, te tienes que buscar la vida o pagar uno de esos cursos tan caros de tatuador que son un auténtico timo.


Aprender de manera autodidacta es cada día más fácil con Youtube pero también hay cosas que solo se aprenden con experiencia y puede que pases por un par de cagadas para ello... Y las cagadas en esta profesión son algo para toda la vida...

Cuando te metes en estudio, tienes que tener en regla una serie de cosas ya que estás dando la cara en nombre de una empresa, la cual puede ser denunciada si hay alguna negligencia. Por regla general un estudio te exigira ser autónomo, tener un seguro de responsabilidad civil, tendrás que pagarte un gestor que te lleve las cosas y tendrás que pagar un alquiler por tu cabina o un porcentaje por trabajo (cada estudio lo negocia de una manera).


Si te pones a sumar, si inviertes en publicidad, si sacas tiempo para mover tus redes sociales, diseñar, darte a conocer, conseguir llegar al público con lo que te gusta hacer y sobretodo, darles el resultado que buscan, estás dentro. Pero prepárate, no va a ser un camino fácil...

PD: tu primera máquina siempre será un lapiz.

Adié!

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