14 de octubre de 2019

La mujer en el tatuaje

Desde los inicios de la creación, siempre se ha considerado a la figura de la mujer como un complemento del hombre. En cuanto al tatuaje moderno que es lo que nos atañe, la mujer se ha utilizado más como objeto de admiración que como artista reconocido.

Maud Wagner, primera mujer tatuadora

Las primeras mujeres en tatuarse formaban parte de circos ambulantes y alguna de ellas llegó a coger una máquina de tatuar, pero no como artista principal, sino como una actividad más anecdótica.

Maud Wagner fue la primera tatuadora profesional y aprendió de Gus (su marido) la técnica de tatuaje tradicional conocida como hand poke o stick and poke. Gracias a la visibilidad que le proporcionaba viajar por el país actuando en circos, exposicione y salas de juego, este arte tribal se dio a conocer y se extendió por todo el continente.

Con los años el arte del tatuaje llegó a más paises gracias a los marineros donde fue empezando a coger fuerza entre el género masculino. Más adelante, las mujeres empezaron a interesarse por esta forma de expresión y se empezaron a introducir diseños más femeninos y estilizados.

En la actualidad (siempre hablando desde la perspectiva occidental) la mujer desempeña un papel casi igual al del hombre en el mundo del tatuaje, considerandola una profesional tan válida como un hombre, aunque aún queden prejuicios. Os pongo un ejemplo:

- Un cliente entra en el estudio de una tatuadora, que se encuentra tras el mostrador con un hombre al lado el cual no es tatuador, sino su pareja que ha venido al estudio. El cliente, automáticamente se dirige al hombre para contarle su idea, dando por sentado que el tatuador es el.

Podéis pensar: no has descrito al hombre que hay tras el mostrador, si va muy tatuado o no... Eso es, ahi está otro de los prejuicios de esta profesión. Damos por sentado que el hombre es el encargado y ella la secretaria.

Incluso conozco casos en los que el cliente, al saber que la tatuadora es mujer, no ha querido tatuarse. Y además, sino vas súper tatuado/a, raro. ¿Un tatuador "sin tatuajes"?


La mujer se ha ganado a pulso su derecho a ser considerada una profesional del gremio. Hay profesionales espectaculares reconocidas por toda la comunidad por sus obras. A día de hoy se está intentado eliminar ese foco de interés que, sin querer, Maud propagó (era una época distinta) usando su cuerpo (lleno de tatuajes) como objeto de admiración.

En la actualidad se ha sexualizado tanto la figura de la mujer que a veces es muy difícil mirar por encima del físico para valorar su trabajo. Creo que es un ejercicio común centrar la atención en el trabajo de las tatuadoras, al margen de su físico explosivo o no, que no es garantía de un buen trabajo.

Cuidad la profesión, pero sobretodo, cuidadlas a ellas.

Adié!



7 de octubre de 2019

La ausencia de sentimiento de autoría

Hay muchas veces que cuando nos sentamos delante del cuaderno, del ipad o del ordenador para empezar a crear algun diseño, todo lo que aparece en nuestra mente parece ser producto de diseños ya existentes. Hay días que parece que no somos capaces de crear nada de cero.

En mi caso, mi proceso creativo es diferente ya que yo parto de elementos existentes que deconstruyo, deformo, decoloro o relleno. Ese es el gran problema que encuentro: el estilo al que le dedico mis esfuerszos parte de imagenes de archivo, es decir, imagenes con una autoría previa, por lo que siento que el diseño no es 100% mio.

By: Bob Mosquito
Pero creo que tenemos una concepción errónea de este tipo de trabajo ya que somos creadores tan válidos como los que parten de cero en un papel.

Lo único que debemos tener en cuenta es respetar las imagenes con derechos, es decir, o usar las que son de galerías libres de derechos o, al menos, intentar pedir permiso a los autores, en caso de ser posible.

No os rindáis, toda interpretación artística de la realidad es válida.

Adié!

30 de septiembre de 2019

Lo que me apetece tatuar y lo que diseño para tatuar

Cada día, nos pasamos horas en las redes viendo trabajos de otros compañeros que apreciamos, admiramos y envidiamos por su increíble técnica y calidad o por su gran imaginación a la hora de diseñar y encajar las piezas en el cuerpo del cliente.

A raíz de ello, nuestro espíritu curioso desea tatuar esos trabajos por el hecho de experimentar y ver cómo nos saldría a nosotros. El problema estriba en que ese tatuador se ha pasado horas diseñando y pensando ese trabajo para una persona en concreto que ha contratado sus servicios y no sería ético reproducirlo en otro cliente, ni por el tatuador, ni por el cliente inicial.

Una de nuestras grandes guerras es la de lidiar con la gente que pide diseños que han visto tatuados en Internet. En muchas ocasiones intentamos realizar un trabajo personalizado pero lo que entra por los ojos no entra por el raciocinio.


A mi misma, me ha pasado. He sentido esa intención de tatuar algún diseño de otro compañero o algún dibujo animado de moda que, al fin y al cabo, sigue siendo una apropiacion de la originalidad de otro artista, aunque en este último caso parece que se consiente más ya que los dos artistas no pertenecen al mismo campo.

 En ese caso, no hay mucho que hacer. Si un cliente quiere tatuarse a Homer Simpson, no tenemos que diseñar nada, por lo que ha surgido una gran tendencia de publicitar personajes de series y películas de moda, y el primero que los tatúe parece ser el triunfador. Es como un premio al cliente impulsivo.


Aún así, creo que esas tendencias deberían usarse como algo anecdótico y no como una norma a seguir cada vez que surja una moda.

Desde el punto de vista ético, animo a todos mis compañeros de gremio a negarse a reproducir los trabajos de otros compañeros. Si nadie lo hace, nadie lo pedirá. Hay que trabajar el estilo personal de cada uno y educar al cliente a buscar la exclusividad en cada obra.

Adié!

23 de septiembre de 2019

Una promo no es una oferta

En multitud de ocasiones, nos cruzamos con algún tipo de publicidad que nos invita a tatuarnos abarantando el coste del trabajo, pero voy a contaros la diferencia que hay, para mi, entre los diferentes tipos de anuncio.


 En mi opinión, una promo es una rebaja que corre a cargo del tatuador sacrificando el coste de su tiempo de trabajo para darle un empujón a un estilo concreto, unos diseños específicos o un momento de su carrera y, sin embargo, la oferta es prostituir tu esfuerzo, es devaluar su valor por debajo del mínimo, mercadillear y dar al cliente la impresión de que el precio casi lo pone su bolsillo, es permitir que te exijan y comparen diciendo que "algo" es caro.


Sé que hay diferentes opiniones acerca de todo esto, esta es la mia y considero que la diferencia es importante. También creo que dependiendo del punto en el que se encuentre cada tatuador, puede tomar la determinación de utilizar la estrategia que más le convenga, pero cuidado, puede jugar en tu contra en el futuro.


Acostumbrar a tu cartera de clientes a precios irrisorios que apenas cubren el coste de tu material, puede suponer un problema de cara a ir subiendo tus precios en relación al aumento de tu calidad. La gente es muy propensa a quedarse en su zona de confort y si afecta al bolsillo, más todavía sin valorar otra serie de elementos.


Pon tu precio a tu trabajo. El cliente está en su derecho de no tatuarse. Tú en el de no rebajar tu trabajo. Los malos clientes son aquellos que exigen mucho y pagan poco. Deshéchalos.

Adié!

16 de septiembre de 2019

Tatuar en casa

Todo comienzo es complicado, y más en una profesión que no está realmente regulada como otras con más consolidación en nuestra sociedad. Empezar en ella a día de hoy, es complicado sólo con el hecho de encontrar un espacio en el que poder meterte tu, tu equipo de trabajo y tu cliente.

Algunos tenéis la facilidad de poder hacerlo en casa, otros no. Para empezar en esto y si no tenéis un mentor y un espacio legal donde hacerlo, nuestra casa es la única opción y yo defiendo esta opción porque soy consciente de que no hay alternativas cuando coges una máquina por primera vez.

Cuando ya coges soltura, conoces tu manejo, la gente también va hablando de tu trabajo y empiezas a tener una cartera de clientes local, ahí es cuando debes intentar dar el salto a la busqueda de espacio legal.

A día de hoy, muchos estudios alquilan cabinas por horas o por pago mensual. Eso es lo que debes valorar y conocer de cara a meterte en esto, ya que tendrás que ser autónomo o negociar un contrato con el dueño.

¿Dónde comienza el problema y el intrusismo? El gran mal que arrastramos en España es la impresionante lista de exigencias que nos imponen a la hora de querer montar de manera legal un estudio. De hecho, cada comunidad autónoma tiene una normativa distinta y en la que a mi me atañe, Madrid, es de las más restrictivas a este efecto.

Hay muchas personas que llevan unos años decantándose por la opción de los "estudios privados" ¿Qué quiere decir esto? que son espacios LEGALMENTE adaptados pero que no tienen transito de personas externas. Es decir, solo puedes acceder al trabajo del artista mediante cita previa. esto NO ES INTRUSISMO. 


El instrusismo en la profesión está presente en todas aquellas personas que dedicandose de lleno y de manera "profesional" al mundo del tatuaje, deciden hacerlo en sus casas sin preservar medidas higienicas, sin el mobiliario adecuado tumbando a los clientes en un sofa o similar, sin un control legal de su actividad, sin los permisos pertinentes y obligatorios para ejercer, comprando material de mala calidad y haciendo destrozos a los clientes pero con una propaganda espectacular acerca de tu trabajo.

Esto, a lo único a lo que nos lleva es al desastre. Mala ejecución, tatuajes infectados, heridas cicatrizadas con queloide, cero responsabilidad sobre el trabajo, indefensión del cliente ante un problema... No me pronunciaré sobre el tema del diseño, ya que habrá de todo, quien haga lo que le trae el cliente, sea de otro profesional o no y quien haga sus propios diseños.


El problema de esto es que al final estamos entrando en una dinámica en la que el día a día de los estudios profesionales tiene un creciente porcentaje de arreglos y cover-ups más que de trabajos en limpio que es lo que todo tatuador desea hacer.

La cuestión es que todas estas personas que tatuan en casa y que consiguen clientes mediante la rebaja, el mercadilleo de la profesión, la mala práxis, etc... lo que consiguen es que no lleguemos nunca a ver el tatuaje como una profesión seria y respetable. Crean un flujo de clientes insatisfechos y con trabajos desastrosos que se conforman porque merecen lo que han pagado por ignorantes y eso, creo que debería cambiar en generaciones venideras. Ahorra y paga un buen trabajo.

Hace poco, llegó a mis oidos que ya hay un grupo de profesionales denunciando a tatuadores que ejercen en casa. No poseo mayor información ni sé como presentan semejante litigio para demostrarlo, ya que es muy complicado. La guerra ha comenzado.

Adié!

9 de septiembre de 2019

La inversión inicial para ser tatuador

Cuando por fín decides invertir en tu aprendizaje como tatuador hay una serie de cuestiones que hinundan tu cerebro en un primer momento que debes tener en cuenta:
- qué hago
- dónde lo hago
- cuánto cuesta

Como ya he comentado en alguna ocasión, yo me siento una afortunada ya que aprendí dentro de un estudio formando parte de la profesión y se que es una situacion poco común y muy difícil de encontrar en los tiempos que corren.

Hace años, se podía tener aprendices mirando y limpiando material que pagaban su enseñanza con ese tipo de quehaceres. A día de hoy esa actividad es ilegal ya que no puede hacer una persona ejerciendo el trabajo que sea (por insignificante que parezcan sus funciones) sin un contrato o papel legal firmado por ambas partes, es por ello que se rechaza a tanta gente a diario que viene a preguntar por un puesto de aprendiz.

Actualmente, las vías de aprendizaje son pagarse un curso totalmente desmesurado en precio y calidad o aprender de manera autodidacta gracias a Internet y cometer alguna que otra serie de crímenes en pieles ajenas.

Al margen de mi opinión ética sobre como iniciaros en este complejo gremio, voy a centrar mi exposición en lo que nos atañe en el título: la inversión económica.

Para empezar es básico hacerse con una máquina,  una fuente, un clip cord, un pedal, agujas, tinta, vaselina, guantes, plastico, papel de cocina, caps, y por supuesto, piel.

¿Por cuánto dinero podríamos conseguir todo esto? 60€ Asequible ¿verdad? Permitidme que os diga que para vuestro bolsillo es la bomba, pero para vuestro aprendizaje y futuras pieles, es un gran error. La globalizacion y las páginas de venta por Internet han conseguido que todas las profesiones devalúen su calidad pagando al proveedor más barato.


Y pensaréis: bueno, para empezar no me voy a comprar una máquina de 500€ porque a lo mejor no me gusta tatuar y lo dejo, y claro, luego esa inversión me la como...

Efectivamente amigos, no voy a recomendaros que os compréis una Inkjecta como primera máquina porque sería como sacarse el carnet de conducir con un Ferrari, pero tampoco os recomiendo en absoluto comprar kits de tatuaje en páginas chinas (o no chinas, es la misma porquería).


Lo que os recomiendo es que busquéis tiendas físicas de supplys en vuestra ciudad y os hagáis con un kit sencillo pero con garantías, una máquina que si no te funciona o no sabes usar, el vendedor sepa decirte el porqué.

Por supuesto la inversión sube considerablemente, estaríamos hablando de una inversión inicial de 300€. ¿No creeis que merezca la pena ese gasto para ser tatuador? Entonces acabáis de contestaros vosotros mismos: esta profesión no es para ti.

En cuanto al aprendizaje, la via del curso te costará alrededor de 3000€ y te darán un kit de tatuaje chino que no vale ni para poner de adorno. Actualmente, ya hay tatuadores dando cursos en los que te entregan un kit adecuado para un aprendiz y de mayor calidad, cosa que pueden permitirse todos los centros que dicen enseñar a tatuar con la barbaridad que cobran.

La otra vía es el autodidactismo, que si eres espabilado y organizado puedes encontrar cursos en Youtube sobre gente que enseña a tatuar, pero creeme, en algún momento del camino te hará falta un profesional al que preguntarle dudas y eso es algo que se complica dependiendo exclusivamente de ti y de tus contactos.


Lo sé, no lo pinto bonito ni fácil, pero es que no lo es. El esfuerzo puede llevarte desde empezar en casa hasta trabajar en un gran estudio con reputación. Pero si tu objetivo es solo el dinero o ganar lo máximo posible gastando en material lo mínimo, se reflejará en tu calidad y eso lo ve el cliente.

Dedicale tiempo y esfuerzo a todo aquello que ames.
Adié!

11 de febrero de 2019

La salud de la espalda del tatuador

Ya tratamos con anterioridad el tema de la salud de la espalda. En esta ocasión enfocaré esta entrada directamente a las personas que, debido al malestar que con los años podéis empezar a notar, puede extenderse a la espalda y también hacia las piernas.

En mi caso personal, el dolor me comenzó en el culo. Si, literalmente en el culo, a 2 centimetros a la derecha de la rabadilla, os podéis imaginar las sesiones de fisio... No tengo una razón específica del estilo: me caí de culo y me hice daño...

El desgaste, la falta de trabajo muscular, las malas posturas... Todo cuenta y, a pesar de que yo si hago deporte desde hace 4 años, no estiro después de tatuar, cruzo las piernas mientras trabajo, ¡ah! y conduzco ladeada.

Poned mucha atención a vuestra espalda porque, aunque no lo parezca, es una de vuestras herramientas básicas y hay que cuidarla. Yo decidí comprarme una silla que me ayudase con la postura al trabajar, fue esta:

Es un asiento ergonómico que favorece mantener la espalda recta e impide cruzar las piernas. Aún así, por vuestro bien a largo plazo, cuidad de vuestra espalda, estirad, salid a andar, hacer ejercicio, cuidad las posturas y bebed mucha agua.

Adié!

14 de enero de 2019

Tintas veganas

Os dejo el artículo de Laura Ávila, de Desideratum Tattoo Studio (BCN).

La práctica del veganismo no solo ha calado en la alimentación, la moda o la belleza. En realidad, este estilo de vida en el que se rechaza la explotación animal – tanto como producto de mercancía, de consumo o de objeto de testeo – supone una actitud que puede llegar a abarcar cualquier ámbito que nos rodee. En el mundo del tattoo, no podía ser menos: La tinta vegana ha llegado también a los estudios de tatuaje.

Gran parte de la tinta que llevamos en nuestra piel está formada de componentes de origen animal. ¿Sabías que el negro, el pigmento de color más utilizado en los tatuajes, está creado a partir de la quema de huesos de animales? Ante este nuevo contexto, muchos de los artistas tatuadores veganos o vegetarianos han querido llevar su filosofía de vida también a su propio estudio, utilizando tintas vegetales, utilizando tintas creadas con glicerina vegetal o sintética en vez de la glicerina tradicional, que ha sido creada a partir de la extracción de grasa animal.

En efecto, existen alternativas a la tinta de origen animal para poder tatuarnos respetando nuestro estilo de vida. Pero, realmente ¿se consiguen los mismos resultados? ¿Debemos siempre responder en todos los ámbitos de nuestra vida a la solución veggie?


PROS: Sin duda, la principal ventaja de la tinta vegana o vegetal es la de ser una opción más respetuosa y natural – tanto para nuestro cuerpo como para el medio ambiente. También, su carácter hipoalergénico hace que el cuerpo las asimile mucho mejor y supongan un menor riesgo para nuestra salud que la tinta mineral.


CONTRAS: A diferencia de las tintas minerales, las vegetales tienden a decolorarse más rápido ya que migra más fácilmente. Esto implica tener que repasar el tatuaje con una mayor frecuencia. A su vez, al ser más naturales, los colores son menos vivos e intensos. También, como decíamos anteriormente, el cuerpo las asimila más rápido, pero esto también significa que, en caso de que ya exista una alergia o infección, la transmisión será también más rápida y directa.

TÚ DECIDES
La diferencia de una tinta mineral a una vegetal es bastante clara; mientras que una responde a una ética de vida particular que, hasta hace poco ni siquiera se había planteado; la otra ofrece unos resultados mucho más duraderos y visibles. La elección final dependerá de nuestras prioridades. ¿Prefieres ser fiel a tu estilo de vida incluso a la hora de hacerte un tatuaje o prefieres colores más vivos y duraderos en tu piel? Piensa bien de qué manera quieres dejarte huella. Al fin y al cabo, será para toda la vida.