16 de septiembre de 2019

Tatuar en casa

Todo comienzo es complicado, y más en una profesión que no está realmente regulada como otras con más consolidación en nuestra sociedad. Empezar en ella a día de hoy, es complicado sólo con el hecho de encontrar un espacio en el que poder meterte tu, tu equipo de trabajo y tu cliente.

Algunos tenéis la facilidad de poder hacerlo en casa, otros no. Para empezar en esto y si no tenéis un mentor y un espacio legal donde hacerlo, nuestra casa es la única opción y yo defiendo esta opción porque soy consciente de que no hay alternativas cuando coges una máquina por primera vez.

Cuando ya coges soltura, conoces tu manejo, la gente también va hablando de tu trabajo y empiezas a tener una cartera de clientes local, ahí es cuando debes intentar dar el salto a la busqueda de espacio legal.

A día de hoy, muchos estudios alquilan cabinas por horas o por pago mensual. Eso es lo que debes valorar y conocer de cara a meterte en esto, ya que tendrás que ser autónomo o negociar un contrato con el dueño.

¿Dónde comienza el problema y el intrusismo? El gran mal que arrastramos en España es la impresionante lista de exigencias que nos imponen a la hora de querer montar de manera legal un estudio. De hecho, cada comunidad autónoma tiene una normativa distinta y en la que a mi me atañe, Madrid, es de las más restrictivas a este efecto.

Hay muchas personas que llevan unos años decantándose por la opción de los "estudios privados" ¿Qué quiere decir esto? que son espacios LEGALMENTE adaptados pero que no tienen transito de personas externas. Es decir, solo puedes acceder al trabajo del artista mediante cita previa. esto NO ES INTRUSISMO. 


El instrusismo en la profesión está presente en todas aquellas personas que dedicandose de lleno y de manera "profesional" al mundo del tatuaje, deciden hacerlo en sus casas sin preservar medidas higienicas, sin el mobiliario adecuado tumbando a los clientes en un sofa o similar, sin un control legal de su actividad, sin los permisos pertinentes y obligatorios para ejercer, comprando material de mala calidad y haciendo destrozos a los clientes pero con una propaganda espectacular acerca de tu trabajo.

Esto, a lo único a lo que nos lleva es al desastre. Mala ejecución, tatuajes infectados, heridas cicatrizadas con queloide, cero responsabilidad sobre el trabajo, indefensión del cliente ante un problema... No me pronunciaré sobre el tema del diseño, ya que habrá de todo, quien haga lo que le trae el cliente, sea de otro profesional o no y quien haga sus propios diseños.


El problema de esto es que al final estamos entrando en una dinámica en la que el día a día de los estudios profesionales tiene un creciente porcentaje de arreglos y cover-ups más que de trabajos en limpio que es lo que todo tatuador desea hacer.

La cuestión es que todas estas personas que tatuan en casa y que consiguen clientes mediante la rebaja, el mercadilleo de la profesión, la mala práxis, etc... lo que consiguen es que no lleguemos nunca a ver el tatuaje como una profesión seria y respetable. Crean un flujo de clientes insatisfechos y con trabajos desastrosos que se conforman porque merecen lo que han pagado por ignorantes y eso, creo que debería cambiar en generaciones venideras. Ahorra y paga un buen trabajo.

Hace poco, llegó a mis oidos que ya hay un grupo de profesionales denunciando a tatuadores que ejercen en casa. No poseo mayor información ni sé como presentan semejante litigio para demostrarlo, ya que es muy complicado. La guerra ha comenzado.

Adié!

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