La verdad es que esta chica tiene bastante fuerza porque no es fácil doblar según qué tenedores con ese simple gesto. Yo se lo pedí a mi hombre (siempre dispuesto ¡jaja!) y este fue el resultado:
Quedé tan contenta que se me ocurrió pedírselo también con una cuchara. El resultado no es tan llamativo pero es divertido también:
¿Cuál fue el problema que detectó mi hombre al realizar el trabajo? Mellar los cubiertos al utilizar los instrumentos de doblado y agarre como alicates o llave inglesa. Una posible solución es poner un trapo sobre el cubierto pero si no os importan las mellas como a mi, no os compliquéis.
CONSEJO DE HOY:
Si con suerte encontráis tenedores de colores con la seguridad de que no van a perder la calidad de la tinta al doblarlos, probad sin miedo. Son pulseras súper divertidas que no se ven todos los días.
Adié!
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