Pues bien, la mayoría de nosotros, sin que nadie nos tuviese que empujar a ello, hemos buscado alternativas a nuestro trabajo principal aun sabiendo que todo lo que hacemos es arte y el arte se considera lujo. Por tanto, no creo que os haya extrañado ver nuestras redes llenarse de láminas en venta, camisetas, colaboraciones entre artistas, subastas para ayudar e incluso donaciones para que muchos podamos seguir pagando nuestras facturas.
Aquí os dejo mi web para que podáis ver todas las láminas que he diseñado durante la cuarentena y si queréis comprar alguna, preguntadme sin problema a través de este número: 621065723
Con esto no quiero decir ni que seamos unos irresponsables sin ahorros que vivimos al día y en cuanto nos falta trabajo nos vemos al borde del abismo, ni que tengáis que salvar a nadie para que llegue a fin de mes ni mucho menos que adoptéis a un tatuador.
Pero si quiero puntualizar dos cosas:
- La primera es que en nuestra cultura, el arte es algo secundario, una asignatura de relleno, una capacidad que si haces mal no tiene mucha importancia porque no se cataloga como necesaria de cara al mundo laboral. Y sin embargo, les está salvando a muchxs el culo de caer en el hastío, la desidia y la ansiedad. De repente todo son DIY, cosas handmade y manualidades varias. Ahora todos alimentamos el alma con ese poder de creación que teníamos abandonado... Vaya, vaya... Os digo lo mismo sobre la asignatura de música y la de gimnasia.
- La segunda es que a los tatuadores profesionales ni se nos pasa por la cabeza tatuar en casa durante la cuarentena porque no nos deje abrir el estudio. Espero que se entienda que si has visto a alguno en sus redes hacerlo, por muchos seguidores que tenga o por muchos años que lleve, no es profesional. Esta palabra lleva implícitas muchas cosas, entre ellas la responsabilidad de darle al cliente la mayor seguridad tanto para su salud como para la nuestra. Que tu vengas de tu casa a la mía y creas que no puede existir contagio, denota tu nivel de inteligencia, responsabilidad y egoísmo por los demás. Y que yo estuviese dispuesta a tatuarte en mi casa bajo confinamiento denota una falta de praxis, de seriedad y de respeto por mi profesión, por mi y por las personas que viven conmigo.
Con esto espero, que las pocas personas que puedan llegar a estas líneas entiendan que el esfuerzo, la pérdida económica, la calidad emocional y la desesperación de todos los empresarios y trabajadores de mi gremio es evidente pero no podemos saltarnos las normas de seguridad y tomarnos a tontería los 23.500 muertos que llevamos en España. No es una puta broma.
Cuidaros mucho, aislaros, proteged a los mayores, a los medianos y a los niños. Se contagian menos, pero no son inmunes, no os confundáis.
Adié!
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