Da rabia tener que rodear un lunar con la aguja, tanto para el tatuador, como para el tatuado. Y si además eres de esas personas que tienes tantos que los artistas directamente deshechan la zona, más rabia aún.
Pero esto tiene una explicación: no es que no sea piel tatuable, es que pueden derivar por propia naturaleza en un melanoma y la incapacidad de visibilidad que impondría la tinta, supone un gran riesgo a la hora de detectar los malignos.
Incluso personas libres de cáncer de piel generado a raiz de un lunar, se les recomienda no volver a tatuarse más por peligro a que salga otro lunar nuevo en una zona tatuada y no sea posible detectarlo a tiempo.
Esta es la sencilla y preventiva explicación.
Adié!
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